martes, 31 de marzo de 2020

día 8 de Cuarentena

Viernes 27 de Marzo, día 8 de Cuarentena

Si lo que pasó ayer fue una novedad, lo de hoy es una redundancia.

Al principio de este revuelo se recomendaba no compartir el mate para evitar la propagación del virus. Ahora, día 8 de cuarentena obligatoria, el mate, que no es una bebida sino una forma de encontrarse, sucede también a través de una pantalla.

lunes, 30 de marzo de 2020

día 7 Cuarentena


Jueves 26 de Marzo, día 7 Cuarentena

Día 7, se cumple una semana de Cuarentena y me pasó algo nuevo, algo que no esperaba, algo que no me pasaba por la mente ni lo pensaba pero que en algún momento iba a ocurrir. Que haya pasado recién este día es una buena señal, ponele. Como ayer, es lo que es. La realidad es, después cada uno la mira y como buenos humanos la juzgamos y decimos cosas sobre ella, si fue linda, fea, buena o mala. ¿Qué pasó entonces? Los dos eventos más significativos del día me pasaron frente a una pantalla, la misma sobre la que ahora veo avanzar estas letras.

domingo, 29 de marzo de 2020

día 6 de Cuarentena

Miércoles 25 de marzo, día 6 de Cuarentena.

Cada día  es lo que es, no puedo pretender escribir largo, tendido y entretenido todos los días. Empecé bastante arriba, por encima de las 1.500 palabras el primer día, y fui bajando progresivamente hasta las 941 del día cuatro (no en detrimento de la sinceridad, sino que es lo que es, ya volveré con algo más jugoso y extenso). Qué feliz estaría el mundo si la cantidad de contagiados se moviera inversamente proporcional a las palabras que escribo y la tendencia se mantuviera. Nos estaríamos encontrando pronto con el tan esperado “pico chato” de la curva. Pero no parece ser así, seguimos acuarentenados y parece que la cosa tiene para rato. Hoy, sin todo este preámbulo, con lo que me salió en un primer momento (no recuerdo si fue antes o después del almuerzo), no llegaba a las 100 palabras.

viernes, 27 de marzo de 2020

día 5 de Cuarentena

Martes 24 de Marzo, día 5 de Cuarentena

Los dibujantes están manijas y me pusieron manija a mí. Tan manija que estoy escribiendo la entrada el mismo día. Y sí, los dibujantes o mejor, les dibujantes, o la y él dibujante. Hoy hablé con mi amiga Sofi Arhancet (de ahora en adelante Popi) que también es diseñadora, le conté de lo que estábamos haciendo con Fede y la invité a sumarse a la aventura. No dudó un segundo, me agradeció la invitación y se puso manos a la obra. En poco menos de una hora Popi y Fede me dijeron que estaban re copados dibujando, uno en La Plata y la otra en Vicente Lopez. Los puedo imaginar cada uno en su escritorio, siendo felices, divirtiéndose, disfrutando de esto tan sencillo, del encuentro, del compartir, del sabernos acompañados, creativos y creadores. Mi manera de acompañar su entusiasmo y alegría es seguir nutriendo el juego con palabras escritas, con espontánea sinceridad. (Esto es en vivo y directo, aunque quien lo lea lo hará en diferido). Gracias a los dos, gracias a la vida y a las amistades bien cultivadas. Gracias al virus, a Alberto y a Nico Pez. Gracias al Dhamma (lo explico en otro momento). Logré juntar a dos de mis más lindes amigues en un proyecto común, sin tener que generar la logística de que Fede se venga para acá o de que nos vayamos para allá. Eso que tantas veces imaginé, poder juntar a los amigos con quienes me fui hermanando, está pasando. A la distancia, pero con el corazón en el mismo lugar.

jueves, 26 de marzo de 2020

día 4 de Cuarentena


Lunes 23 de Marzo, día 4 de Cuarentena

Escribo con un día de delay y me sienta escribir cosas que me pasan ahora, en la entrada de ayer. Receta número cuatro: lo que siento ahora y lo que pasó ayer, que en verdad es hoy.
Acabo de leer una frase de Hernán Casciari que me encantó. Si, otra vez Casciari, siempre Casciari:

Cuando salgamos de esta, como siempre, las historias nos habrán salvado.

Y es verdad, porque las historias son conexión, son intercambio, son habla y son escucha. Las historias son lo que pasa afuera y también en el corazón. Y hoy pasa tanto en tantos lados que algo tenemos que hacer con todo eso para no explotar. Ese algo son también las historias. Esta es la mía.

miércoles, 25 de marzo de 2020

día 3 de Cuarentena

Domingo 22 de Marzo, día 3 de Cuarentena

Ayer escribí la frase “querido diario” en el medio de la crónica. Seguí un impulso, no quise reprimirme. Acto seguido me reí de mi mismo catalogándome de adolescente y cursi. “Querido diario…” siempre hay una primera vez. Ya había llevado un diario personal, hacia fines de 2016 cuando vivía en Australia, pero nunca lo traté tan personalmente. Fue una época de mucho cambio y el diario me ayudo a registrarme y escucharme. Habré durado un mes haciéndolo, no más que eso. Recuerdo que a fin de octubre me tocaba mudarme de la casa en que vivía y llegué al final del cuaderno el último día antes de la mudanza. Era una señal, se cerraba un ciclo, un proceso, empezaba algo completamente nuevo. Pero me resistí un poco, me ganó la auto exigencia y me compré un nuevo cuaderno, en el cual escribí muy pocas y espaciadas entradas diarias. En ese mes nunca escribí “querido diario”, ni siquiera en los registros posteriores. No le hablaba a él, me hablaba a mí.

martes, 24 de marzo de 2020

día 2 de Cuarentena


Sábado 21 de Marzo, día 2 de Cuarentena

Hice el intento de volver a despertarme a las 6.53 pero algo falló, me olvidé de poner la alarma. Miré el celular cuando eran ya las 7.48 y se me volvió a apagar el cerebro. Habiendo sentido que había dormido mucho y sin registro alguno de haber mirado el teléfono, me desperté a las 7.53 un tanto sorprendido porque haya pasado tan poco tiempo desde aquel momento, que recién pude recrear cuando algunas de mis neuronas estaban más despiertas que yo. No sé si se entendió, pero no importa. Me terminé levantando casi 8.30 y nos sentamos a meditar.

día 1 de Cuarentena

Viernes 20 de Marzo, día 1 de Cuarentena

Eran las diez de la noche del jueves y me di cuenta que tenía que y tomar una decisión un tanto trascendental para mi vida. Tal vez suene exagerado, pero elegir dónde, cómo y con quién pasar los próximos muchos días de aislamiento social y restricción de la circulación no es algo menor. Desde hace un par de días venía hablando con Nico sobre la posibilidad de mudarme a su casa, no tanto por la cuarentena que se iba a venir, sino más bien por una cuestión de la vida de cada uno, de cómo se nos estaban abriendo los caminos y posibilidades en la vida. Teníamos como objetivo, que me viniera el lunes o martes próximo. Y acá estoy, es viernes y ya desperté en su casa. Anoche, a las 11, me pasó a buscar José en su Uber, y concretó el último viaje antes de volverse a su casa en la isla y pasar este tiempo allá.